Zelarayán avec Lacan
(Dialogo imaginario entre un franchute y un entrerriano.)
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Zelarayán- Querido Dr. Lacan, le voy a plantear una cosa que escribí por ahí. En ese texto sostengo que: No existen los poetas, existen los hablados por la poesía. La primera tarea del hablado por la poesía ha sido nombrar las cosas, las cosas que no son las cosas sin palabras. Pienso que el realmente hablado por la poesía es el que sigue y seguirá nombrando las cosas, es decir cambiándolas, transformándolas continuamente. La poesía es renovación, subversión permanente. Insisto en que no hay poetas, hay simples vectores de poesía.
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Lacan- Ahora bien Ricardo, si usted fuera psicoanalista veria el forcejeo a través del cual un psicoanalista puede llegar a hacer que suene otra cosa que no sea el sentido. El sentido es lo que resuena con la ayuda del significante. Pero lo que resuena no va muy lejos, está más bien amortiguado. El sentido tapona. Con la ayuda de lo que se llama la escritura poética se puede adquirir la dimensión de lo que puede ser la interpretación analítica.
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Zelarayán- En suma Dr., las fuentes de la poesía están en la infracción constante de la convención que nos vendieron como realidad…
(Interrumpe el Dr. Lacan)
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Lacan- …disculpe la interrupción, pero usted se preguntará ¿inspirarse acaso, en algo del orden de la poesía para intervenir en tanto psicoanalista? De hecho es por ahí que les digo a los psicoanalistas que es por donde tienen que dirigirse, porque la lingüística es una ciencia muy mal orientada. Solo cuando una interpretación justa extingue un síntoma, la verdad se especifica por ser poética… lo primero seria extinguir la noción de lo bello. Nosotros no tenemos nada que decir de lo bello, se trata de otro tipo de resonancia que tiene que fundamentarse en el chiste. Un chiste, como usted ya lo sabe Ricardo, no es bello. Solo depende de un equívoco, o como dice Freud, de una economía. No hay nada más ambiguo que la noción de economía. Pero la economía funda el valor. Pues bien, una práctica sin valor, eso es para nosotros lo que trataríamos de instituir. En esto consiste el chiste, en servirse de una palabra para otro uso que para el que estaba hecha, se la arruga un poco, y en ese arrugamiento mismo reside su efecto operacional…
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Zelarayan- algo así mi querido Dr. Lacan, por ello le digo que las fuentes de la poesía se encuentran en todo lo gratuito, en el amor, en el lenguaje de los chicos, en las conversaciones sin límite de tiempo (…¡tómese otro mate!), en las situaciones límite en que los discursos de los otros movilizan enérgicamente el discurso de uno y viceversa.
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Publicado en: http://www.odradek.com.ar/archivos/Odradek_70.pdf
Revista Odradek