Germán García y el coloquio sobre Aby Warburg en Córdoba
¿Cómo conversar en una patria? Esa patria puede ser un país, una generación, una institución, la literatura, el arte o el mismo psicoanálisis. Es famosa la propuesta de James Joyce sobre la cuestión de la relación tensa o paradojal entre conversación y patria: “si no puedes cambiar de país, al menos cambia de conversación”. Frase para nada negociadora ni evasiva como algunos la consideran, sino que más bien nos muestra una paradoja: cambiar de país o de patria es una operación casi imposible o al menos difícilmente lograda, porque siempre en el país o la patria la agenda se impone; en palabras de Lacan hay un sentido que se administra, y es un esfuerzo ir contra las cristalizaciones establecidas y a la vez generar las movidas para que esa otra conversación tenga un lugar. Sin embargo hay destellos.
Otro matiz del comentario de la frase joycenana puede ubicar que a pesar del esfuerzo o la voluntad puesta en acto esta conversación, siempre del orden de lo contingente, no instalándose necesariamente. Esa otra conversación se dará, si y solo si, se produzcan encuentros.
La forma coloquio que tomó este encuentro en la ciudad de Córdoba tuvo la variable contingente, una causa de honor derivó en esta conversación en una librería de la ciudad. Para nada esperado por ninguna agenda de turno.
El título del coloquio fue La importancia del Aby Warburg para el psicoanálisis, en la misma participaron personas del más variado interés, como si el mismo nombre de Warburg convergiera en esa propuesta de una ciencia total, que no separa por compartimientos estancos la producción de saber, realizando una práctica de enhebrado(1) nunca finalizada, siempre dejando abierta la posibilidad de seguir. El comienzo del coloquio marca una orientación contra la formación de especialistas; César Mazza introduce la importancia para los practicantes del psicoanálisis en saber trasladar los conceptos del psicoanálisis a otra lengua, ya que sino el efecto del uso de estos en la misma lengua de la cual se cree dominar queda reducida a un registro imaginario, aplanada cualquier conversación disruptiva con el sentido establecido. La jerga de un discurso de especialistas es un reaseguro contra lo real del encuentro con otro discurso.
Gracias al número 10 de exordio tenemos el trabajo publicado de Luis García que dio en el clavo para la presentación de Aby Warburg y la presencia situada en el contexto cultural argentino, nombres como Héctor Ciocchini, Vicente Fatone, José Emilio Burucúa y el retorno de la imagen de Eva Perón con camisa desabotonada y los pelos al viento, elevada a la condición de ninfa, dieron inicio a una perfomance inédita.
Germán García, laureado con el título Profesor Honoris Causa por la UNC (15/08/2014), irrumpe en la conversación marcando el lugar de Aby Warburg y la correspondiente necesidad de reescribir la historia cultural argentina, que quizás se puede resumir en la necesidad de reescribir, ya sea la historia, el psicoanálisis o la vida de cada uno. Lo dice al pasar pero es una nota capital de como se desarrollará la conversación: para reescribir es condición necesaria el exilio. Todo aquel que se quede aferrado demasiado a su patria aplanará las conversaciones del porvenir. Ya que la historia de Argentina no deja de estar entre los destrozos y los destellos fulgurantes.
Aaron Saal, eminente catedrático de la UNC ubicó preguntas necesarias para ir decantando sentidos de la conversación. Ante una de ellas, Germán García amplia la propuesta de reescritura de la historia cultural para dar cuenta de las configuraciones de la cultura como funcionando a golpes y salvajadas.
Otra pregunta de A. Saal permitió ubicar la perspectiva de la inducción como una manera de hacerse un lugar en la cultura, abrir brechas, intervalos. Como una petición de deseo, proponer inducir este tema para poder ver cosas que no sean una suma de datos culturales sin ton ni son.
Ubicar al psicoanálisis en la cultura es una operación que destaca Germán García, ya que el mismo no puede ser nunca un objeto fuera de la cultura en la cual se practica, operación por excelencia política, aunque no deja de tener consecuencias epistémicas y determinar el acto clínico.
Los caballeros de la mesa se comportaron anacrónicamente como si fueran esos homines novi que Warburg supo ubicar como el sujeto histórico de su proyecto, que tenían como objeto resucitar las experiencias del intelecto y la emocionalidad en otros. Quizás en términos de Lacan, eso se puede ubicar en un concepto análogo: la trasferencia de trabajo mentada para el trabajo colectivo.
Fernando Tarragó.
Cuarentena, 2020.