Esta presentación podría tener el mismo epígrafe que Lacan ubicó en el prefacio de sus Escritos en edición de bolsillo: A alguien, gracias al cual esto es más bien signo…de algo para leer de este (14.XII.1969).
Ubicando a la revista entre el “ayer y hoy”, Antonio Oviedo comienza su presentación de Escrita. Aparte de nombrar a Julio Castellanos en la fundación de la revista, incluye a Germán García y la influencia que tuvieron “sus clases de psicoanálisis”. Esto estuvo reflejado a partir de su primer número con la traducción y publicación de La función de lo escrito, la tercer clase del seminario XX Aun (1972/73).
También el psicoanálisis entra al cometer una pifiada, lapsus entre Hiatus IIrationalis (poema de un joven Lacan) con el libro recientemente publicado de Daniel Vera Meditatio mortis. La operación de escritura mallarméana, resumida en su sentencia de “dar la iniciativa a las palabras” se homologan con esa operación, citada por Oviedo, de Jacques Lacan en La Tercera (1975) donde este plantea: “el lenguaje es verdaderamente aquello que solo puede avanzar torciéndose y enrollándose, contorsionándose (…)”.
Escrita pasa a ser una “revista anacrónica y desactualizada”, siendo una provocación a interpretaciones lineales del tiempo y una ironía, ya que no podemos considerar de otra forma el anacronismo sino como una rasgo de riqueza. O sea, la relación al tiempo es paradójica, todavía hoy semejantes textos presentan una actualidad indiscutible. Su relación a la coyuntura deja muestra de eso, no aparecen referencias a los acontecimientos de esa época. De esto último Oviedo se explica con una cita de Blanchot: con respecto a la época es mejor callar en su nombre, que hablar en lugar de ella.
En la presentación de la edición facsimilar en Buenos Aires para el Coloquio Descartes XXVII, en la que estuvieron dialogando, entre otros, Héctor Schmucler y German García. A. Oviedo eligió presentar a la revista bajo el calificativo de “destartalada”. En esta última insistió presentarla como un “artefacto”. Escrita pasa a ser una revista para armar/desarmar una y otra vez dependiendo del lector.
La referencia al topos o al lugar se destaca por la ruptura de la referencias establecidas entre el centro y la periferia en la producción cultural, así también, se ubica como un puente entre Córdoba y el Exterior, vía la lectura y la corresponsalía de algunos que fueron exiliados como el caso de Antonio Marimón y Oscar del Barco.
Para terminar, ubicó a la revista bajo el siguiente axioma: Empezó sin saber a dónde ir, terminó sin saber dónde llegó.
Carlos Schilling eligió presentar a Escrita bajo una referencia autobiográfica, luego de recordar algunos de sus pasos anteriores por diferentes revistas culturales en Córdoba de fines de los 70 y principios de los 80, encuentra Escrita en una librería mítica de la ciudad, diciendo de ella: “era la literatura”. Desde el nombre elegido hasta los detalles estéticos daban cuenta de una singularidad incomparable.
En esta incomparable singularidad Escrita se dirigirá uno por uno, lector por lector. Desafiando todos los mandatos de época, dirigiéndose a “esa soledad del lector” en palabras de C. Schilling, que siempre tendrá una versión en singular.
Daniel Vera comenzó su presentación con un proverbio atribuido a Caio Titus: Verba volant scripta manent, las palabras vuelan, lo escrito permanece. Lo escrito teniendo un estatuto diferente de legalidad. Para ello nos recordó una adivinanza veronesa que está datada como uno de los primeros textos en lengua romance: Se pareba boves, alba pratàlia aràba et albo versòrio teneba, et negro sèmen seminaba. Delante de sí guiaba a los bueyes, araba un prado blanco, tenía un arado blanco, y sembraba una semilla negra. Escrita sembraba semillas tanto en el psicoanálisis como en la literatura y la poesía.
La posibilidad de que Escrita este editada, pasa a formar parte de la cultura de lo escrito – que a diferencia de lo oral, no tiene tiempo – permitiendo corregir la memoria, como también crearla e inventarla. Para finalizar destaco que la escritura oscura posibilita que la lectura deje de ser una cuestión de rutina.
El último en llegar, Cesar Mazza, ubica al acontecimiento de la escritura en relación directa a la formación del analista. Su encuentro con Escrita estuvo atravesado por diferentes encuentros, desde la presencia de Pablo Spangenberg y Marcela Lezcano, como también vía German García y por el interés del psicoanálisis en la cultura. La presencia del poema Soledad de Oscar Masotta y el texto de Germán García, Gombrowicz, lo cómico en la lengua.
A la nota editorial Nº 1 de Escrita, propone releer en clave, vía la referencia a Leo Strauss de su ensayo La Persecución y arte de escribir -referencia de Lacan en sus Escritos-. El antecedente Burnichon permite conjeturar la imposibilidad de adquirir un cuerpo tiempo antes. Esa imagen acuática: “Afirmar, ahora, que escrita ya no “está escrita en el agua (…)” precipita en el año 80 y, como una carta, se dirige a cada uno que pueda leer.
Homenajeó la finesa de un lector como Oviedo que resaltando el comentario a pie de página del texto de Alberto Savinio (seudónimo de Andrea de Chirico) titulado La civilización finiana, usa una cita de Jaques Lacan, donde este se descuenta del humanismo e introduce que el saber se hace de restos: “Alberto Savinio es asimismo autor de una Nueva Enciclopedia redactada tal vez para contribuir al estallido del saber humanista- bolsa donde se pudren silenciosamente amontonados unos sobre los otros cadáveres de las sucesivas y renovadoras concepciones del hombre”.
Otra fineza rescatada: en el comentario de un libro de Paul Gadenne, titulado Baleine, comienza el mismo con una pregunta acerca, si la ballena introducida por H. Melville no cesa de escribirse en otros textos. Ya la cuestión supera todo asunto acuático, hay un desplazamiento en el lazo social. El foco central del comentario se empieza a dilucidar sobre la recurrencia o la “atracción que se encuentran en ciertos fantasmas de una escritura”. Por ello la cuestión no estaría en someterse a determinados protocolos de lectura, sino en “destacar la operación de apropiación sobre la que reposa toda lectura a fin de hallar luego las diferencias que le permitirán decir otra cosa parecida”. Destacó que en esa operación de lectura se produce un vacío del texto, ubicada en ese no cesa de escribirse, que lejos de producir la desaparición del texto, lo transforma en ilegible. La apropiación permitirá decir las cosas de otra manera y el vacío permitiría la ruptura con la rutina de lectura. Esa operación se hace homologa a la del último Lacan cuando ubica a la operación poética en psicoanálisis como la invención de un significante nuevo (Aufhebung hegeliana: suprimir, conservar y elevar/superar).
La carta Escrita nuevamente partió, dependerá de aquel (o cada uno) que tome esa posta y se haga su destinatario/lector sin regla, ni clase preestablecida.
Fernando Tarragó.