La lectura de exordio 11 me lleva a sumergirme en el instante de ciertos acontecimientos que se vuelven actuales. Las marcas que cavan las conversaciones se entrevén en los intercambios (con Antonio Oviedo, Marcelo Zabaloy, María Pia López), en la presentación de Palabras de Ocasión (Alan Pauls), en coloquios (Horacio González, Juan Carlos Torre), en entrevistas (con Ariana Harwicz, Miquel Bassols con Germán García), en el correo de lectores (donde se despliegan resonancias del CEL – Curso de Estudios Lacanianos, dictado por César Mazza, condimentador y animador del juego). Teje que teje, la araña arma su trama.
Pego un salto sin red y abro el texto de Horacio González sobre Macedonio: “Pero Borges lo hace un autor de oralidades, por lo tanto, autor de algo fundamental que se une alrededor de la voz, que es la comunidad.” Que también se teje como una red. Y voilà, ahí estoy, en la presentación de la revista, formando parte de una comunidad que se conmueve con cada voz que dedica unas palabras a la número 11. Josefina Elías, Yael Ferri y Florencia Menseguez inauguran el convite a jugar con los números y las palabras. Paula Tumas ubica la dimensión de artificio en la instalación misma de la presentación, diferenciándola de una mera exhibición.
Daniel Vera trae de su discurso la inescrutabilidad de la referencia y la indeterminación del significado que se pone en juego en las traducciones, problemas que apuntan a lo intraducible, y al aporte del traductor que se orienta por la resonancia de lo que no tiene equivalencia en la lengua de llegada, realizando una especie de Witz, de “incisión insuperable en el lenguaje que abre la posibilidad remota de que alguna vez el lenguaje se conecte con aquello que le da vida, que es la vida misma, y que ésta la haga desaparecer”(González dixit); donde algo queda irremediablemente perdido, pero hay una ganancia también.
Hilda Vittar se toma del texto de González para preguntarse quién es el autor, a partir de la frase de Borges sobre Macedonio, pues los presentadores le hicieron honor a los bares reuniéndose a conversar sobre la revista: “¿Lo dijo exordio o lo armé yo con lo que exordio provocó en mí?”. Provocación a buscar en la biblioteca, a querer saber. Así, también el uso de la cita es un tratamiento de una conversación, como dice María Pia López al hablar de Quipu (video al que se puede acceder por un código QR impreso en la revista).
Vittar también ubica la dimensión clínica de lo que el uso de las referencias aporta, en tanto en un psicoanálisis se va en contra del inconsciente intérprete, traductor, para dirigirse hacia lo intraducible de cada uno, lo singular.
Noelia Chiantur hace un recorrido exquisito por las referencias de las que se sirve la revista, entre sogas funambulescas y piruetas que evitan la caída mortal. La cronología insurrecta, los territorios distópicos pero existentes contornean un descentramiento antes que una deslocalización, donde lo periférico emerge con la potencia de lo central, sin caer en localismos ni en ningún ismo, como diría Fito Páez, que acompañó con su música la salida de la presentación hacia el brindis.
La re-creación de la lengua, siempre extranjera a fin de cuentas, puede avivar las cosquillas, la espina, la pregunta (cada uno verá) por querer saber. Se abre un margen para que cada lector traduzca en sus propios términos, como el niño que adviene al mundo lo hace con cada gesto, cada palabra, como señalaba tan elocuentemente Daniel Vera.
En exordio, cada vez, se anudan los trabajos de investigaciones que siguen reverberando, orientando una lectura/formación que nos sitúa en un presente a partir de las marcas de una hystoria, en nuestra lengua, con consecuencias en la práctica, haciendo converger clínica, episteme y política.
. Notas sobre la presentación de la revista exordio 11, el 2 de junio de 2023 en la Sala Regino Maders, ex Legislatura de Córdoba.