Quiso decirme lo que yo tenía
en la punta del lápiz y no sabía escribirlo.
Vino de la sombra, de alivio,
Llegó como el hipo que se mueve solo.
Porque es otro el que sabe
debo esperar a que hable.
Jorge Leónidas Escudero
François Regnault escribe sobre los rasgos de genio de Lacan en un artículo publicado en conmemoración a los diez años de su muerte; plantea un “precepto de método” en la lectura de los textos del mismo, argumenta que no tienen lectores pre-definidos, y que solo pertenecen “al primer desconocido que se encuentre con su obra y no se apresure a comprenderlo”.
Este método es generalizable tanto a la práctica del psicoanálisis como también a la lectura de ciertas producciones poéticas. En este punto, el método está planteado: la lectura de un poema de Jorge Leónidas Escudero pertenece al primer despistado que se lo encuentre y no se apresure a comprenderlo o como lo dice el propio JLE, no hacer poemas ni leerlo, sino ir a la caza de ellos, perseguirlos. Una cuestión de caza entonces. Ese primer desconocido, despistado o cazador, debe ponerse a trabajar. En palabras de JLE, en un poema titulado Pájaro llamador:”Como si fuera un capricho esto de ir a cazar/perdices en la oscuridá,/tiro tiros de tinta y yerro,/continuo mastico palabras en se me atoran/y así camino./Créanme que si aparece la resonancia/comeremos perdices./”
Retomar el articulo antes citado de F. Ragnault, posibilita un método para alcanzar alguna que otra respuesta, y a su vez relanza la pregunta de por qué un practicante del psicoanálisis necesita del acceso a la poesía.
La respuesta de Lacan en unos de sus últimos seminarios es conocida, pero no por ello menos enigmática (por lo menos para desprevenidos). En Hacia un significante nuevo, Lacan plantea que: si cierto uso de la lengua depende de cierta maduración, la poesía viene a violentar ese uso cristalizado.
A esto agrega: “Si usted es psicoanalista verá el forcejeo que a través del cual un psicoanalista puede llegar a hacer que suene otra cosa que no sea el sentido. (…) pero con la ayuda de la escritura poética ustedes pueden adquirir la dimensión de lo que podría ser la interpretación analítica. (…)¿Inspirarse acaso en algo del orden de la poesía para intervenir en tanto psicoanalista? De hecho es por ahí por donde tienen que dirigirse (…)”
Las citas son precisas porque se orientan hacia el blanco donde debe dirigirse el analista; ahora bien, la cuestión seria comprobar en la lectura de cada poema, una y otra vez, el uso que puede se puede hacer de estos.
La propuesta en este caso será ir ubicando algunas cuestiones que permiten el acceso a las producciones escritas de Jorge Leónidas Escudero con la advertencia lacaniana de no comprender demasiado rápido y decidirse a trabajar.
J.L Escudero poeta nacido en San Juan en 1920, actualmente reside en esa provincia. Su producción poética formal se inició en 1970, es reconocido a nivel nacional e internacional, y en el año 2010 se edito su Poesía Completa en la editorial Ediciones en Danza.
Silvio Mattoni en su ensayo Los hablados por algo, incluye a JLE en una serie con otros dos escritores: Bustriazo Ortiz y Ricardo Zelarayán. De los tres va a decir que tienen en común “un extrañamiento de la lengua, de la literatura que alguna vez la fijó, por la incidencia de ciertos giros de la oralidad, por la escucha de un habla; y el habla es justamente el segundo rasgo que los une, no un registro de modos de hablar y charlas pintorescas sino el pensamiento del poema como un acto de habla sin dueño…”
El uso y la escritura de ciertas palabras en consonancia con la sonoridad del habla, no apunta a introducir cierto dato folklórico o de color local, sino que esa manera de escribir ya es un trabajo sobre lo escuchado. Tomar ese ronroneo de las palabras y hacerlas variar o hasta desvariar, escribirá S. Mattoni. El rasgo autoral esta en ubicarse como “muñeco del ventrílocuo”, lo enuncia Escudero.
Estas formulaciones parten del mismo punto con la propuesta lacaniana: todo sujeto hablador, por estructura ha sido primeramente hablado por el Otro. La diferencia y la invención se ubicarán en la manera singular de responder a esa lengua impuesta.
De la obra Dicho en mí se toma el siguiente poema titulado El Palpito:
Aquí voy a meterme nun asunto oscuro
Porque no queda otra que asumir
La inquietú del vacío.
Si lo pienso no vale porque esto
Llega de alivio, entra por la gatera
Del más allá de la cabeza, digo
Que no son ocurrencias propias.
Oscura oscuridá enfrento y mi mente debe silenciarse
Cuando pretenda recibir el eco
De la ajenidá, de la ajeno en mí,
Digo desencasillarme del archivo.
Porque ante dos posibilidades
Se trata de no opinar,
Dejar que hable la inmentalidá
Por conducto del pálpito.
Y este es como el hipo,
Cuando ha desaparecido
Sabemos que ha llegado.
.
En este poema se puede leer que el asunto al cual va a introducir no es claro de por sí mismo: la inquietú del vacío no goza de la transparencia. Desde la primera frase, en un primer tiempo lógico del poema, se ubica un enigma. Esta semejante inquietud causa un forzamiento subjetivo. Escudero definirá ese acto en estas palabras: no queda otra que asumir.
Lacan en el escrito sobre “Una cuestión preliminar…” ubica que luego del encuentro con la imposición del lenguaje, el sujeto puede realizar un “esfuerzo de réplica”, ya siendo un tratamiento sobre esa imposición.
Para asumir dicha inquietud, para efectuar el esfuerzo subjetivo de réplica, el pensamiento no es una herramienta fiable, es simplemente un alivio. Que no son ocurrencias propias: El pensamiento no toca algo de lo propio porque proviene del mas allá, entra por la gatera/Del más allá de la cabeza, de un afuera. En el uso del pensamiento sigue funcionando el binarismo afuera-adentro.
Se encuentra una analogía con lo que Lacan plantea en relación al pensamiento y la mentalidad, cuando al referirse a esos conceptos le atribuye exceso de sentido y la debilidad mental. El sujeto no se siente forzado a asumir ningún trabajo subjetivo y repite el disco corriente. En palabras de Germán García se podría traducir esa posición subjetiva como la deferencia, que en este poema estaría ubicada en el pensamiento del mas allá y no de lo propio. O sea lo mental no toca ningún punto con lo real.
Ante el problema del pensamiento que proviene del afuera, JLE en su escritura inventa un neologismo, que funciona como efecto de réplica. La inmentalidá se ubica como una posibilidad de instalar, en el mismo poema, una diferencia.
El trabajo subjetivo que se propone en el poema no es cualquier trabajo, JLE lo dice en estas palabras: Oscura oscuridá enfrento y mi mente debe silenciarse/cuando pretenda recibir el eco/ de la ajenidá, de lo ajeno en mí.
Sin obviar que ya la escritura poética funciona como un trabajo sobre ese ajeno, sobre la espera del eco, sobre lo ajeno en mí. Este movimiento es superador de la lógica binaria adentro-afuera, el espacio se torna irrepresentable con las categorías del sentido común. Este ajeno esta en el centro del mí, el afuera pasa a ser lo más próximo del sujeto. En el poema ese nuevo lugar pasa a tener propiedades topológicas. Lacan ha inventado un neologismo para nombrar ese asunto: la Extimidad, y Freud equivocando una palabra del lenguaje alemán Unheimliche.
El poema continúa: digo desencasillarme del archivo/. Esa frase propone que: desde el inicio el sujeto esta encasillado/clasificado por el archivo Otro. En este sentido, la nota editorial de la revista Exordio n°3 plantea lo siguiente, el sujeto en un inicio padece del pensamiento de una ontología que viene del Otro. De lo que se trata, en un segundo movimiento y como un esfuerzo subjetivo de separación y diferencia, es ubicar una conmoción en esa ontología que establecerá las condiciones para una nueva producción subjetiva. La invención de una nueva especie sin archivo anterior que la clasifique.
Esta desclasificación es un trabajo sobre lo singular que toca un cuerpo, dejar que hable la inmentalidá/por conducto del palpito/. El palpito como un conducto lo presenta homologo al acontecimiento del hipo. Este acontecimiento que toca un cuerpo sucede en la contingencia, y es tan irrepresentable desde las variables temporales del sentido común, que el poema terminara diciendo: cuando ha desaparecido/sabemos que ha llegado. Nuevamente no es algo localizable de antemano ni con una buena forma, tampoco encasillable en algún archivo, canon o manual de clasificaciones. Es algo que se podría ubicar en el lugar de lo nuevo. Cuando a cada uno le toca transitar un estado de hipo, es algo que se repite pero siempre es nuevo, no hay hipo igual a otro.
Bibliografía:
- Jorge Leónidas Escudero. Dicho en mí. Ediciones en danza. 2008. Buenos Aires.
- Jorge Leónidas Escudero. Endeveras. Ediciones en danza. 2004. Buenos Aires.
- Regnault, François. “Rasgos de genio”. AA.VV ¿Conoce Usted a Lacan? Bs. As.: Ed. Paidos, 1995.
- Jaques Lacan. Hacia un significante nuevo. Texto establecido por Jaques-Alain Miller. Revista Colofón N°25.
- Revista Exordio. El psicoanálisis en la cultura. N° 3. Dossier ¿Qué decir de las clasificaciones?. 2011. Córdoba.
- Silvio Mattoni. Los hablados por algo. Rev. Otra Parte. Reseñas 2009, Raros.